EDITH STEIN y LA FILOSOFIA COMO CAMINO DE
CONVERSIÓN Exposición (Disertación) preparada
para la clase de filosofía de la Escuela del Diaconado Permanente de Santiago
de Chile Autor de este trabajo: Pedro
Sergio A. Donoso Brant (Para fines académicos) Noviembre 2010 "El camino de la fe nos da más que el
camino del pensamiento filosófico: nos da a Dios, cercano como Persona, a
Dios que ama y se compadece de nosotros, y os da esa seguridad que no es
propia de ningún otro conocimiento natural” "(Ser Finito y Ser Eterno). |
Contenido 3.FILOSOFÍA,
UN CONTINUO CAMINAR AL BORDE DEL ABISMO 4. PRIMER ENCUENTRO CON LA CRUZ, PRIMERA EXPERIENCIA DE
LA FUERZA DIVINA 5.PERCIBIENDO
INTERIORMENTE UNA PRESENCIA MISTERIOSA 8.CAMINO
FILOSÓFICO Y RELIGIOSO 10. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS 1. FILOSOFOS CONVERSOSSi recorriéramos en la historia cuantas personas se han convertido al
cristianismo a través de la filosofía, encontraríamos grandes hombres y
mujeres y muchos de ellos no solo han sido conversos, sino que además han
hecho camino de santidad y modelos de vida cristiana y católica. San Agustín
es un ejemplo, y hoy este santo es uno
de los más grandes filósofos de nuestra fe, Santo y Doctor de Para no ir más lejos en años, muchos otros filósofos han sido
destacados conversos en los últimos 100 años, como por ejemplo Jacques
Maritain (1882-1973), gran filósofo francés, que organizó los círculos
tomistas para dar a conocer la doctrina de santo Tomás de Aquino. Fue primero
socialista, alejado de Dios y de la religión, hasta que se convirtió con su esposa
Raissa, rusa de origen judío, y se bautizó con ella el 11 de Junio de 1906. Otros menos conocidos, como Manuel García Morente, quien fue un
prestigioso catedrático de filosofía públicamente conocido como ateo en
España, fue ordenado sacerdote en 1940. En los Estados Unidos es muy conocido
en caso Mortimer Jerome Adler (1902- 2001) fue un editor, educador y
filósofo, pese a que siempre se confesó no creyente, al cumplir 97 años de
edad, Adler ya hizo noticia no por sus debates filosóficos sino por haberse
convertido al catolicismo, fe que siempre estuvo "rondando" desde
una perspectiva intelectual y que ahora abrazo como el fundamento de toda su
existencia. Y dentro de los grandes conversos a nuestra fe del siglo pasado,
reflexionamos en torno a la figura de Edith Stein, Filósofa, Carmelita, santa
y mártir. Ciertamente, su pensamiento filosófico, frecuentemente es
ensombrecido por sus textos sobre su espiritualidad. Ella fue una
entusiasmada filósofa mujer en la búsqueda de la verdad y caracterizada por la
finura metodológica de la fenomenología husserliana. Edith, comprende como a
través de la característica de todo filosofo de pensar lo que cree y creer lo que piensa,
usa término espíritu como la clave de “apertura”, con lo cual logra una
antropología que comprende al ser humano como ser interior que puede abrirse
desde dentro hacia fuera, y retornar abriéndose hacia el centro. 2. QUIÉN ES EDITH STEINEdith Stein nació en 1891 en Breslau, ciudad que en aquel tiempo
pertenecía a Alemania, y era la capital de A los treinta años de edad, leyó en casa de unos amigos el Libro de la
vida de Santa Teresa de Jesús (Teresa de Ávila) y al cerrar el libro, con las
primeras luces del alba, tuvo que confesarse a sí misma: "¡Esta es la Verdad!". Así fue como decidió convertirse
al catolicismo y recibió el bautismo algunos meses después, el 1 de enero de
1922. Fue después a visitar a su familia, a casa de la anciana madre Augusta,
para contarles lo que había hecho. Se puso de rodillas y le dijo:
"¡Mamá, soy católica!". La madre, firme creyente de la fe de
Israel, lloró. Y lloró también Edith. Ambas sentían que, a pesar de seguirse
amando intensamente, sus vidas se separaban para siempre. Cada una de las dos
encontró a su manera, en la propia fe, el valor de ofrecer a Dios el
sacrificio solicitado El 30 de abril de 1933, durante la adoración del Santísimo Sacramento
sintió con claridad su vocación a la vida religiosa monástica del Carmelo,
que había empezado a intuir el día del bautismo, y tomó interiormente su
decisión. ¡Para la madre supuso otro golpe! "También siendo hebreo se
puede ser religioso", le había dicho para disuadirla. "Claro - le
había respondido Edith -, si no se ha conocido otra cosa". Dios la llamaba para conducirla al desierto, le hablaba en su corazón
para invitarla a compartir la infinita sed de Jesús por la salvación de los
hombres. Libre y alegremente dejaba un mundo lleno de amigos y admiradores,
para entrar en el silencio de una vida desnuda y silenciosa, atraída sólo por
el amor a Jesús. El 15 de octubre de 1933 Edith entraba en el Carmelo de
Colonia. Tenía 42 años. El domingo 15 de abril de 1934 tomó los hábitos y se hizo novicia con
el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz. Entre tanto, el provincial de
los carmelitas insistió para que se dedicara a completar su obra "Ser
finito y Ser eterno", iniciada antes de entrar en el Carmelo. En 1938
culminó su formación carmelita y el 1 de mayo hizo los votos de profesión
religiosa carmelita para toda la vida. Pero el 31 de diciembre de 1938 se cernía sobre Edith el drama de la
cruz. Para huir de las leyes raciales contra los judíos, tuvo que dejar el
Carmelo de Colonia. Se refugió en Holanda, en el Carmelo de Echt. Era un
momento trágico para toda Europa y especialmente para los ciudadanos de
origen judía, perseguidos por los nazis. El 23 de marzo se ofreció a Dios
como víctima de expiación. El 9 de junio redactó su testamento espiritual, en
el que declaraba su aceptación de la muerte en una hora tan funesta, mientras
arreciaba la segunda guerra mundial. En 1941, por encargo de Había pasado de la cátedra de docente universitaria al Carmelo. Y
ahora, de la paz del claustro, espacio del amor contemplativo, pasaba a los
horrores de un lager nazi. Edith Stein, Sor Teresa Benedicta de la Cruz, murió
en las cámaras de gas de Auschwitz el 9 de agosto de 1942. Fue beatificada por Juan Pablo II en Colonia, en el aniversario de su
consagración definitiva, el 1 de mayo de 1987. Fue proclamada Santa por el
mismo pontífice en 3. FILOSOFÍA, UN CONTINUO CAMINAR AL BORDE DEL ABISMOLos que la han leído y conocen de ella, opinan que fue inteligente,
innovadora, dispuesta, hacendosa y
dinámica. Edith se inscribe en 1910 en Mientras seguía cierto seminario de estudios, entró en contacto con el
pensamiento de Edmund Husserl, profesor de Conoció a otro fenomenólogo, Max Scheler, un alemán, de gran importancia
en el desarrollo de la filosofía de los valores, (Hijo de padre luterano y de
madre judía, se convirtió inicialmente al catolicismo, del que más adelante
se distanció), muy distinto de Husserl, que provocaba a su auditorio con
intuiciones originales y estimulaba su espíritu. En ella, que se declaraba
atea, Scheler consiguió despertar la necesidad religiosa, más adormecida que
apagada. Poco tiempo antes, Scheler había retornado a la fe católica, y
exponía su credo de manera fascinante. Edith no alcanzó en ese momento la fe, pero vio abrirse ante sí un
nuevo ámbito de fenómenos, ante los cuales no podía permanecer insensible. En
la escuela de Husserl había aprendido a contemplar las cosas sin prejuicios.
Escuchando a Scheler, se le derrumbaban las barreras de los prejuicios
racionales entre los que había crecido sin saberlo. Ella misma dice: "El
mundo de la fe se me abría de improviso delante". 4. PRIMER ENCUENTRO CON LA CRUZ, PRIMERA EXPERIENCIA DE LA FUERZA DIVINAEscuchando las conferencias de Scheler, que expresaba muchas ideas
católicas y “sabía divulgarlas haciendo uso de su brillante inteligencia y
habilidad lingüística”, se abre un mundo desconocido por primera vez en la
vida para la joven Edith, cada vez más interesada en la verdad. Si bien en
ese momento no llegó a la fe, al procurar, como buena fenomenóloga,
reflexionar sobre cada cosa con una mirada libre de prejuicios y sin
“anteojeras”, comienza a interesarse en los asuntos religiosos: “Los límites
de los prejuicios racionalistas, en medio de los cuales había crecido sin
saberlo, cayeron, y el mundo de la fe apareció repentinamente ante mí”. La
joven estudiante de filosofía se siente “paulatinamente transformada”. El primer verdadero encuentro con la verdad cristiana, y
específicamente con el misterio de 5. PERCIBIENDO INTERIORMENTE UNA PRESENCIA MISTERIOSAEn su ensayo Causalidad psíquica, (publicado en 1922, en el quinto
volumen de la revista dirigida por Husserl, hay señales de la lucha interior
que sostiene en esos años. Edith Stein parece centrada en su propia
experiencia, al enfrentar de pronto la temática religiosa, que altera sus planes,
cuando escribe: “Me niego por tanto aceptar la fe pura y simple y no le
permito obrar con eficacia”. Más adelante, en el mismo ensayo, extenso como
un libro, anota: "Existe un estado de
reposo en Dios, de total suspensión de todas las actividades de la mente, en
el cual ya no se pueden hacer planes, ni tomar decisiones, ni hacer nada,
pero en el cual, entregado el propio porvenir a la voluntad divina, uno se
abandona al propio destino. Yo he experimentado un poco este estado, como
consecuencia de una experiencia que, sobrepasando mis fuerzas, consumó
totalmente mis energías espirituales y me quitó cualquier posibilidad de
acción. Comparado con la suspensión de actividad propia de la falta de vigor
vital, el reposo en Dios es algo completamente nuevo e irreductible. Antes
era el silencio de la muerte. En su lugar se experimenta un sentimiento de
íntima seguridad, de liberación de todo lo que es preocupación, obligación,
responsabilidad en lo que se refiere a la acción. Y mientras me abandono a
este sentimiento, poco a poco una vida nueva empieza a colmarme y - sin
tensión alguna de mi voluntad - a invitarme a nuevas realizaciones. Este
flujo vital parece brotar de una actividad y una fuerza que no son las mías,
y que, sin ejercer sobre ellas violencia alguna, se hacen activas en mí. El
único presupuesto necesario para un renacimiento espiritual de esta índole
parece ser esa capacidad pasiva de recepción que se encuentra en el fondo de
la estructura de la persona." Existen también fenómenos únicos, como son los del santo y el místico.
Este ensayo se remonta a la época de su conversión, y en él Edith, basándose
en su propia experiencia, escribe una célebre página sobre el "estado de
reposo en Dios", que regenera profundamente a la persona. En dicha página se siente vibrar el acento de quien, percibiendo
interiormente una presencia misteriosa, la actividad que procede de la fuerza
superior de Dios, se abandona libremente a un sentimiento de íntima seguridad
y experimenta un nuevo sentimiento de libertad, una fuerza, un renacimiento.
Edith alcanza de este modo la unidad de vida entre el camino intelectual y el
camino religioso. 6. "¡MAMÁ, SOY CATÓLICA!".Cuando comenzó la primera guerra mundial, en 1914, se sintió
espiritualmente atraída por la idea de oponerse al odio con un servicio de
amor. Y se hizo voluntaria de A pesar de sus reservas ante el pensamiento filosófico de Husserl,
Edith permaneció a su lado, y en 1916 lo siguió como asistente en Por las necesidades propias de sus estudios, en primer lugar, y por
las exigencias de la amistad, después, transcurrió largos períodos estivales
en Bergzabern, en el Palatinado, en casa del matrimonio Conrad-Martius. Fue
en el verano de 1921, durante uno de estas estancias cuando Edith leyó - en
una sola noche - el Libro de la vida de Santa Teresa de Ávila. Al cerrar el
libro, con las primeras luces del alba, tuvo que confesarse a sí misma:
"¡Esta es Recibió el bautismo en Bergzabern algunos meses después, el 1 de enero
de 1922. Quiso y consiguió que fuese su madrina su amiga Hedwig
Conrad-Martius, la cual era cristiana, pero de confesión protestante. Añadió
a Edith los nombres de Teresa y Edvige. Fue después a visitar a su familia, a casa de la anciana madre
Augusta, para contarles lo que había hecho. Se puso de rodillas y le dijo:
"¡Mamá, soy católica!". La madre, firme creyente de la fe de
Israel, lloró. Y lloró también Edith. Ambas sentían que, a pesar de seguirse
amando intensamente, sus vidas se separaban para siempre. Cada una de las dos
encontró a su manera, en la propia fe, el valor de ofrecer a Dios el
sacrificio solicitado. 7. MONJA CARMELITA DESCALZAEdith fue admitida en el Carmelo el 14 de octubre de 1933, ella
escribe: "alto monte al que hay que empezar a subir desde abajo",
por su sed de participación en el misterio pascual, Edith asimila su
condición de desierto, lo que hace del Carmelo lugar idóneo para entender la
cultura nihilista de buena parte de nuestro siglo. Si toda la vida cristiana
es un éxodo hacia la tierra prometida, el Carmelo vive la dimensión del éxodo
con el radicalismo que Edith ha experimentado, de distintas maneras, durante
toda la vida. No obstante su conversión, que no le impide seguirse sintiendo hija de
Israel, enamorada de su santa progenie, la separa sin embargo de la familia y
de la madre muy amada, quien posee "también una gran fe" y sobre
ella Edith dice: "Mi madre se opone todavía con todas sus fuerzas a la
decisión que voy a tomar. Es duro tener que asistir al dolor y al conflicto
de conciencia de una madre, sin poderla ayudar con medios humanos"
(26-01-1934). La separación de la fe la madre, que seguirá "hasta el
final", con admiración de Edith, "fiel a su fe", se superpone
a sus sucesivos exilios: primero de Edith confirma que "la historia de la salvación es la de un
continuo caminar sobre las huellas del Señor... Un nuevo descubrimiento, una
nueva experiencia de Dios en la historia, una nueva llamada suya pueden
hacernos caminar en una dirección inesperada. Cuando Él apareciere, seremos
semejantes a Él, porque le veremos como Él es (1 Jn 3,2)". Condición de la disponibilidad al éxodo es el abandono a Dios. Edith,
enamorada del Carmelo - "en la cima de mis pensamientos estaba sólo el
monte Carmelo" (27-03-1934) -, inundada por el agradecimiento de ser
carmelita - "no me queda sino dar gracias a Dios de continuo por la
inmensa gracia, inmerecida, de la vocación" (11-02-1935)-, sigue abierta
a la voluntad de Dios: "Soy consciente de que no tenemos una posición
duradera aquí. No deseo más que se cumpla en mí y a través de mí la voluntad
de Dios. Él sabe cuánto tiempo me dejará todavía aquí y lo que sucederá después.
In manibus tuis sortes meae... No tengo por qué preocuparme" (16-10-1939). Dios está en todas partes porque vive en el corazón humano, más
espacioso que cualquier otro lugar, incluso sagrado: "Dios está con
nosotros con toda Ni siquiera en un lager. En el de Westerbork, tres días antes de su
muerte, Edith dirá: "Suceda lo que suceda, estoy preparada. Jesús está
también aquí con nosotros" (06-08-1942). 8. CAMINO FILOSÓFICO Y RELIGIOSOLa aceptación serena y consciente de este final presupone una madurez
humana y espiritual completa, la posesión tranquila - en los límites en que
esto resulta posible a un ser humano finito - de esa suma Verdad y de ese
sumo Amor que es el Ser eterno en sí mismo. A esta meta Edith había llegado pasando por una maduración intelectual
y filosófica que se puede considerar ya culminada en el momento de abandonar
el mundo para entregarse a la contemplación de Dios, que es su vocación
monástica carmelita. Lo que más llama la atención en Edith Stein es la claridad de su
objetivo, la persistencia infatigable de la búsqueda con que lo persiguió durante
toda la vida. "La sed de la verdad - dijo a propósito del tiempo que
precedió a su conversión - era mi única oración". Esta búsqueda,
abriéndose al Ser divino, se convertirá en búsqueda de Dios, no del Dios de
las abstractas filosofías, sino del Dios personal, el Dios de Jesucristo. No nos sorprende pues que, a partir de la fenomenología, Edith Stein
llegara a En los años treinta, los varios círculos de pensadores
neo-escolásticos afrontaban frecuentemente la relación entre filosofía y
mística, interesándose especialmente por las diferencias entre las vías
propuestas por Tomás de Aquino y por Juan de En esa época, Edith había madurado ya la superación de la postura de
su maestro Husserl. Ahora sus intereses intelectuales gravitaban en torno a
Santo Tomás, y su espíritu se orientaba hacia la experiencia mística
carmelita, manteniendo, a pesar de todo, el profundo signo de su iniciación a
la filosofía en la escuela de Husserl. Edith ya había entrado así en un
círculo de personas unidas por la pasión por la verdad y por auténticos
vínculos humanos. Aunque ni siquiera Husserl superó el subjetivismo, en realidad la
apertura al objeto, propia de la intención original de esta escuela en la que
se formó filosóficamente Edith Stein, invitaba a muchos discípulos a avanzar,
por la vía de la objetividad, hacia el ser mismo. Lo que atrajo intensamente a Edith Stein fue la apertura directa de la
conciencia al ser del mundo. "A través de esta realidad del ser del
mundo Dios nos habla. Él está ahí, detrás, él sólo es El que es. Abrirse a la
voz del mundo que habla a la consciencia es abrirse a Dios, es escuchar a
Dios. El camino de la contemplación está muy cerca." (J. de Fabrègues) La posición crítica de Edith respecto al desarrollo de la doctrina de
Husserl por una línea que fue denominada de "idealismo
trascendental" favoreció su aproximación a la perspectiva de Procediendo con el método fenomenológico, en la perspectiva inicial de
la adhesión a la objetividad de las cosas, Edith trató, en su primera
producción científica, algunos temas de carácter psicológico, comunitario,
social. Según uno de los más serios estudiosos de Edith Stein, Reuben Guilead, "hay un
problema en el que se concentra todo su interés filosófico: el de la persona
humana. No es una casualidad que sus primeros escritos graviten sobre
cuestiones de naturaleza psíquica, comunitaria y social. Ahora, la búsqueda
de la esencia de la persona humana está unida indisolublemente a la de la
dimensión espiritual. Así que no nos sorprende que, desde sus primeros
escritos, Edith Stein afronte la cuestión de una ontología del espíritu". 9. COMENTARIOS FINALESEs conocido que si miramos la historia del pensamiento antiguo, los
escritos sagrados de todas las religiones que se conocen, surgen
interrogantes básicas sobre la existencia humana. Ciertamente son preguntas
que brotan íntimamente en el corazón del hombre. En efecto, siempre hemos
tenido la necesidad de conocer el sentido de nuestra existencia. Edith siempre estuvo deseosa de conocer la
verdad y ella se da cuenta de su capacidad para conocer la verdad, y la
encuentra mediante la filosofía. Edith en su tiempo, ya sabe como el
desarrollo de las diferentes filosofías ha dado lugar a otras culturas.
Alguien podría decir que en esta tarea ha habido arbitrariedades e
imperfecciones. No obstante nada de eso logra invalidar el esfuerzo
desarrollado por el hombre a lo largo de toda su vida e historia para
comprender cuales son las raíces de su existencia y orientarse en el
ejercicio de su libertad y de sus responsabilidades sociales e históricas. Podemos además concluir que la fe divina, recibida en el entendimiento
del filósofo, en ningún caso echa por tierra la filosofía de este, todo lo
contrario, más bien la sostiene, la perfecciona y la eleva. Porque la fuerza
del conocimiento de la razón natural no disminuye al surgir la fe, sino que
más bien aumenta y se enriquece con la cercanía de esa nueva luz
sobrenatural. El hábito de la fe divina no sólo potencia a nuestro intelecto
en orden al conocimiento de los misterios sobrenaturales, sino que también lo
torna más capaz y firme en orden a la investigación de muchas verdades
fundamentales que, de suyo, son naturalmente comprensibles. Es así como la fe instruye a la filosofía acerca de sus limitaciones y
posibles fallos, para que no se exalte en demasía, como acontece en los
racionalistas. Pues le da a conocer que, más allá, y por encima de la razón
natural, existen misterios intrínsecamente sobrenaturales, que exceden, de
modo absoluto, las fuerzas de nuestra razón. Y en cuanto a las mismas
verdades acerca de Dios, que no exceden de suyo a dichas fuerzas naturales,
también la fe enseña al filósofo las muchas imperfecciones a que está sujeto
en la presente condición del género humano, por la ignorancia, que oscurece y
debilita nuestra razón. “Tú vienes a mí como alimento de la mañana en cada pausa cotidiana.”
(Edith) Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Año
2010 Para
leer más sobre EDITH STEIN, SANTA TERESA BENEDICTA DE LA
CRUZ, visitar en mi página web este link: http://www.caminando-con-jesus.org/CARMELITA/EDITH/index.htm 10. FUENTES BIBLIOGRÁFICASEdith Stein, Obras Selectas, Editorial Monte Carmelo, 1997 Edith Stein, Modelo y Maestra de Vida Espiritual, por Javier Sancho,
Editorial Monte Carmelo, 1997 Desde el ateísmo y el dios de los filósofos, Manuel García Morente. El
hecho extraordinario, http://www.fluvium.org Mortimer J. Adler, www.aciprensa.com Edith Stein, ejemplo de libertad espiritual, Licinia Faresin, www.caminando-con-jesus.org Edith Stein: judía, Filósofa, Carmelita, Mártir, Emanuela Ghini
o.c.d., Artículo publicado en el Osservatore Romano el 13 de septiembre de
1998, Traducción de Eloy José Santos, www.caminando-con-jesus.org Apuntes de Clases y talleres sobre Edith Stein Mi pagina WEB www.caminando-con-jesus.org Fenomenología es la ciencia que estudia la relación que hay entre los
hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad
(psiquismo, la conciencia). El nihilismo es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y
en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún
significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo
que no nos debemos a éstos. La
escolástica, es el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la
filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del
cristianismo. El
subjetivismo es la postura filosófica que toma como factor primario para toda
verdad y moralidad a la individualidad psíquica y material del sujeto
particular, siempre variable e imposible de trascender hacia una verdad
absoluta y universal. |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |