BIOGRAFIA
Edith Stein
nació en Breslau, Alemania, (hoy Broklaw, Polonia) el
12 de octubre de 1891. Fue la última de 11 hermanos de una familia judía
devota. Ella murió en una cámara de gas de Auschwitz el 9 de agosto de 1942.
Fue una
estudiante brillante, quien en un comienzo se incorporó a la Universidad de
Breslau en 1911 y luego se trasladó a la Universidad de Göttingen para continuar sus estudios bajo la tutela del
famoso fundador de la fenomenología Edmund Husserl. El filósofo escogió a
Edith Stein para ser su asistente de cátedra en la Universidad de Freiburg y declaró que ella era la mejor estudiante de
doctorado que nunca había tenido, incluso fue más capaz que Heidegger quien
también fue su pupilo al mismo tiempo que Edith. En 1916, culminó su tesis y
obtuvo el Doctorado en Filosofía con el grado de summa cum
laude.
Luego de que
muchos de sus amigos fueran enrolados para servir en la Primera Guerra
Mundial, Edith se enroló de voluntaria junto con otras estudiantes mujeres
para trabajar en hospitales militares. Así, obtuvo trabajo en hospitales de
enfermedades infecciosas y cuidó caritativamente del ejército austríaco,
donde campeaba la tifoidea, la disentería y el cólera. Al término de su
período como voluntaria en el hospital militar obtuvo la medalla de valor en
reconocimiento a su servicio generoso.
Tras retornar
de la experiencia de la guerra, retomó su vida de estudiante, pero las dudas
profundas, el insaciable hambre de verdad volcado a la filosofía y el
testimonio de muchos cristianos comenzaron a socavar
en ella su hasta entonces radical ateísmo. Los diálogos con el filósofo Max Scheller -que paradójicamente se había apartado de la Iglesia-, pero sobre
todo la lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús, terminaron completando
la obra que Dios había iniciado en ella: su conversión al catolicismo. El 1
de enero de 1922 recibió el bautismo.
Por este
tiempo, Edith dejó su carrera como estudiante y aceptó el puesto de profesora
de Alemán en el Colegio de las Hermanas Dominicas en
Speyer. Allí, trabajó por 8 años como profesora y
dividía su día entre el trabajo y la oración. Era conocida por ser una
benévola y servicial profesora que trabajaba duro por trasmitir su material
de manera clara y sistemática y su preocupación iba más allá de trasmitir
conocimientos, incluía la formación a toda la persona, pues estaba convencida
que la educación era un trabajo apostólico.
A lo largo de
este período, Edith continuó sus escritos y traducciones de filosofía y
asumió el compromiso de dar conferencias, que la llevó a Heidelberg, Zurich, Salzburg y otras ciudades. En el transcurso de sus
conferencias, frecuentemente abordaba el papel y significado de la mujer en
la vida contemporánea, hablando de temas como: "Ethos de las mujeres que
trabajan", "Diferentes vocaciones de hombres y mujeres de acuerdo
con Dios y la naturaleza" , "La Espiritualidad de
la mujer cristiana", "Los principios fundamentales de la Educación de la
mujer", "Problemas en la Educación de la Mujer", "La Iglesia, la mujer y la
juventud" " y "El significado intrínseco del valor de la mujer
en la vida nacional". Una lectura de sus textos revela claramente su
oposición radical al feminismo y su fuerte compromiso al reconocimiento y
desarrollo de la mujer, así como al valor de la madurez de la vida cristiana
en la mujer como una respuesta para el mundo.
En 1931, Edith
deja la escuela del convento para dedicarse a tiempo completo a la escritura
y publicación de sus trabajos. En 1932, aceptó la cátedra en la Universidad de Münster, pero un año después le dijeron que debería dejar
su puesto por su antecedente judío. Una caritativa universidad de
administración le sugirió que trabajase en sus proyectos hasta que la
situación de Alemania mejore, pero ella se negó. También recibió otra oferta
de América del Sur, pero después de pensar bien la situación, Edith se
convenció que había llegado el tiempo de entrar al convento. El 14 de octubre
de 1933, a
la edad de 42 años, Edith Stein ingresa al convento carmelita en Cologne tomando el nombre de Teresa Benedicta
y reflejando su especial devoción a la pasión de Cristo y su gratitud a
Teresa de Avila por su amparo espiritual.
En el convento,
Edith continuó sus estudios y escritos completando los textos de su libro
"La Finitud
y el Ser", su obra cumbre.
En 1938 la
situación en Alemania empeoró, y el ataque de las temidas S.S. el 8 de
noviembre a las sinagogas (la Kristallnacht o
"Noche de los Cristales") despejó toda duda acerca del estado
verdadero de los ciudadanos judíos. El convento de los priores preparó el
traslado de Edith al convento de Dutch en Echt y en
Año Nuevo, el 31 de diciembre de 1938, Edith Stein fue llevada a Holanda.
Allá en el convento de Echt, Edith compuso 3
hermosos actos de oblación, ofreciéndolos por el pueblo judío, por el evitamiento de la guerra y por la santificación de la Familia Carmelita.
Después, reorganizó su vida enseñando Latín a las
postulantes y escribiendo un libro acerca de San Juan de la Cruz.
Como la
incineración y los cuartos de gas aumentaron en el Este, Edith, como miles de
judíos en Holanda, empezó a recibir citaciones de la S.S. en Maastricht y del Consejero
para los Judíos en Amsterdam.
Edith pidió una
visa a Suiza junto con su hermana Rosa, con quien había vivido en Echt, para ser transferidas al Convento de Carmelitas de
Le Paquier. La comunidad de Le Paquier
informó a la Comunidad
de Echt que podía aceptar a Edith pero no a Rosa.
Para Edith fue inaceptable y por eso se rehusó ir a Suiza y prefirió quedarse
con su hermana Rosa en Echt. Decidida a terminar
"La Ciencia de la Cruz", Edith usó todo
momento para investigar, incluso hasta quedar exhausta. En la Comunidad Holandesa
de Echt, la protección de Edith Stein en contra de
la persecución de los judíos fue temporal. Mientras la policía nazi que
exterminaba a los judíos era rápidamente implementada cuando Holanda fue
ocupada, los judíos que profesaban la fe católica fueron inicialmente dejados
en paz. Sin embargo, cuando el Obispo de Netherlands
redactó una carta pastoral en donde protestaban severamente en contra de la
deportación de los judíos, las reglas nazis reaccionaron ordenando la
exterminación de los bautizados judíos.
Por esa razón,
el domingo 2 de agosto a las 5 p.m., después de que Edith Stein había pasado
su día como siempre, rezando y trabajando en su interminable manuscrito de su
libro sobre San Juan de la Cruz,
los oficiales de la S.S.
fueron al convento y se la llevaron junto con Rosa. Asustada por la multitud
y por no poder hacer nada ante la situación, Rosa se empezó a desorientar. Un
testigo relató que Edith tomó de la mano a Rosa y le dijo tranquilamente:
"Ven Rosa, vamos a ir por nuestra gente". Juntas caminaron hacia la
esquina y entraron en el camión de la policía que las esperaba. Hay muchos
testigos que cuentan del comportamiento de Edith durante esos días de prisión
en Amersfoort y Westerbork,
el campamento central de detención en el norte de Holanda; cuentan de su
silencio, su calma, su compostura, su autocontrol, su consuelo para otras
mujeres, su cuidado para con los más pequeños, lavándolos y cepillando sus
cabellos y cuidando de que estén alimentados.
En medio de la
noche, antes del amanecer del 7 de agosto de 1942, los prisioneros de Westerbork, incluyendo a Edith Stein, fueron llevados a
los trenes y deportados a Auschwitz. En 1950, la Gazette
Holandesa publicó la lista oficial con los nombres de los
judíos que fueron deportados de Holanda el 7 de agosto de 1942. No hubo
sobrevivientes. He aquí lo que decía lacónicamente la lista de los
deportados:
Número 44070 :
Edith Theresa Hedwig Stein, Nacida en Breslau el 12
de Octubre de 1891, Muerta el 9 de Agosto de 1942.
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