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MISA VESPERTINA De la vigilia de la Natividad del Señor. (S). Blanco. ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Éx 16, 6-7 Hoy sabrán que el Señor viene a salvarnos, y
mañana verán aparecer su gloria. ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que cada año nos alegras con
la esperanza de la salvación, concédenos que, recibiendo con gozo a tu Hijo
unigénito como Redentor, podamos contemplarlo confiadamente cuando venga como
juez. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos. PRIMERA LECTURA Is 62, 1-5 Lectura
del libro de Isaías. Por amor a Sión no me callaré, por amor a
Jerusalén no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y
su salvación, como una antorcha encendida. Las naciones contemplarán tu justicia
y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto
por la boca del Señor. Serás una espléndida corona en la mano del Señor, una
diadema real en las palmas de tu Dios. No te dirán más « ¡Abandonada!», ni dirán
más a tu tierra « ¡Devastada!», sino que te llamarán «Mi deleite», y a tu
tierra «Desposada». Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá
un esposo. Como un joven se casa con una virgen, así
te desposará el que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su
esposo, así serás tú la alegría de tu Dios. Palabra
de Dios. SALMO Sal 88, 4-5. 16-17. 27. 29 R.
Cantaré eternamente la misericordia del Señor. Yo sellé una alianza con mi elegido, hice este
juramento a David, mi servidor: «Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones». R. ¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! Ellos
caminarán a la luz de tu rostro; se alegrarán sin cesar en tu Nombre, serán exaltados
a causa de tu justicia. R. Él me dirá: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca
salvadora». Le aseguraré mi amor eternamente, y mi alianza será estable para
él. R. SEGUNDA LECTURA Hech 13,
16-17. 22-25 Lectura
de los Hechos de los Apóstoles. Al llegar a Antioquía de Pisidia, Pablo se levantó en la sinagoga y, pidiendo
silencio con un gesto, dijo: «Escúchenme, israelitas y todos los que temen a
Dios. El Dios de este Pueblo, el Dios de Israel, eligió
a nuestros padres y los convirtió en un gran Pueblo, cuando todavía vivían como
extranjeros en Egipto. Luego, con el poder de su brazo, los hizo salir de allí.
Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este
testimonio: “He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a
mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad”. De la descendencia de David, como
lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús. Como preparación a su venida, Juan Bautista
había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel. Y al final
de su carrera, Juan Bautista decía: “Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan
que después de mí viene Aquél a quien yo no soy digno de desatar las sandalias”». Palabra
de Dios. ALELUYA Aleluya. Mañana quedará borrada la iniquidad
de la tierra, y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo. Aleluya. EVANGELIO Mt 1, 1-25 Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo. Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo
de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre
de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de
éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre
de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de
este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue
padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la
madre de éste fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám;
Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat,
padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám,
padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés
fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus
hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia:
Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre
de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc;
Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar,
padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de
María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las
generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce
generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce
generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce
generaciones. Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba
comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un
hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y
no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras
pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
«José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha
sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo,
a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos
sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había
anunciado por el Profeta: «La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien
pondrán el nombre de Emanuel», que traducido significa: «Dios con nosotros».
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a
María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un
hijo, y él le puso el nombre de Jesús. Palabra
del Señor. O bien más breve: Mt 1, 18-25 Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo. Este fue el origen de Jesucristo: María, su
madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos,
concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un
hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le
dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo
que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz
un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de
todos sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor
había anunciado por el Profeta: «La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a
quien pondrán el nombre de Emanuel», que traducido significa: «Dios con
nosotros». Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado:
llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a
luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús. Palabra
del Señor. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Concédenos, Señor Dios nuestro, anticipar
con un culto fervoroso esta solemnidad, ya que en ella manifiestas el
comienzo de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Is 40, 5 Se manifestará la gloria del Señor, y todos
verán la salvación de nuestro Dios. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Señor, fortalécenos
con la celebración anticipada del nacimiento de tu Hijo único, que se ha
hecho comida y bebida en este sacramento de salvación. Él que vive y reina
por los siglos de los siglos. |
Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant ocds |