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TIEMPO DE PASCUA VIGILIA PASCUAL Y DOMINGO
DE RESURRECCION |
Autor: Jesus Marti
Ballester |
1 "Y de pronto tembló fuertemente la tierra,
pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra
del sepulcro, y se sentó encima" Mateo 28,1. "María Magdalena, María la de Santiago y Salomé,
al mirar vieron que la piedra estaba corrida y eso que era muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron un joven sentado a la derecha, vestido de
blanco: "¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha
resucitado. Mirad el sitio donde le pusieron" Marcos 16,1. "Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y
entrando no encontraron el cuerpo del Señor Jesús" Lucas 24,1. No es que
el ángel haya abierto el sepulcro para que Cristo resucite y salga del
sepulcro, sino para que se pueda ver que el cuerpo del Señor no está allí. El
evangelio no nos dice ni cuándo ni cómo ocurrió 2. Hemos leído los tres textos de los evangelios que
nos relatan el hecho del encuentro de las mujeres con el sepulcro de Jesús
vacío. Pero ellas aún no creen en 3. ¿Qué es lo que el Evangelio no nos dice porque no
nos lo puede decir? La felicidad del encuentro de Cristo resucitado con su
Padre. Maravilla y misterio que excede toda nuestra capacidad humana. Es el
encuentro del primer hombre resucitado con su Padre Dios, que nos lleva a imaginar
desvariando, cuál será el encuentro de cada cristiano, hijo de Dios, tras la
muerte. El abrazo apretado y largo del padre a su hijo pródigo, sus lágrimas
de emoción y de alegría, sus palabras de bienvenida a su casa, son el
anticipo que Cristo nos dibujó de nuestro encuentro resucitado en nuestra
llegada a la casa del Padre, que mientras nos abraza con fuerza, nos dice: ¡Oh, amada oveja mía! No te soltaré de mis brazos, deseaba
intensamente que llegara este momento, porque eres mi amor, mi encanto, mi delicia.“Mis ovejas obedecen mi voz, yo las conozco y ellas me
siguen; yo les doy la vida eterna y nadie me las arrancará de la mano...Nadie
puede arrancar nada de la mano del padre. Yo y el Padre somos uno” (Jn
10,27). “Venid, benditos de mi Padre” (Mt 25,34). Bien podemos decir e
imaginar y pensar lo que Cristo nos ama cuando hemos meditado y celebrado y
contemplado estos días pasados tanto dolor y tanta sangre, tanto sufrimiento
y desgarro, para que llegue ese día y esa hora a cada hombre que viene a este
mundo. San Juan de 5. La fe descansa sobre un encuentro con Cristo vivo,
como el que tuvo Agustín, cuando la voz del niño le invitó en el huerto:
"Tolle, lege",
a abrir el libro de 6 Que el Señor nos de su llamada en esta noche al
recibirle en DOMINGO DE RESURRECCION ¡ALELUYA! CRISTO HA
RESUCITADO. ALELUYA. 1. Estaban satisfechos los enemigos de Jesús porque
creían que todo había terminado. Jesús se había convertido en una pesadilla
para ellos. Ahora, ya están tranquilos. También los amigos de Jesús creían
que con su muerte había llegado el final. La fe de todos se tambaleó. Sólo
María, 2. Cargada iba de perfumes y llorando camino del
sepulcro del Jesús que le había cambiado la vida y se la había llenado de
alegría. ¡Pero qué impresión tan fuerte cuando vio el sepulcro abierto y las
vendas depositadas y plegadas sobre el sepulcro! Juan 20,1. 3. Corriendo ha ido a anunciar lo que ha visto a los
Apóstoles. Pedro y Juan escuchan y reciben el mensaje de María Magdalena y
van corriendo al sepulcro. "Entonces entró también el otro discípulo, el
que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó". Sólo en esta
ocasión dice el Evangelio que alguien cree en 4. Para él fue un hecho inesperado, insólito, nuevo:
"No había aún entendido 5 "Jesús le dijo: <Suéltame, que aún no he
subido al Padre; ve a mis hermanos y diles que subo al Padre mío y
vuestro>” (Jn 20,17). María deja alejarse a su Amado. San Juan de 6. María ha visto el «rostro del Resucitado». Un
rostro, que en ocasiones no se contempla suficientemente, a causa de una
cierta tradición que concentra en El riesgo es que el escenario de los temas de 7. Otra vez María en busca de los discípulos. El amor
es activo, no puede estar quieto. "Qui non zelat non amat", dice San
Agustín. El encuentro con Jesús engendra caminos de búsqueda de hermanos para
anunciarle. La experiencia de la belleza y del amor impone psicológicamente
la comunicación de lo que se experimenta, de lo que se goza. Por eso sólo
puede anunciar a Cristo con fruto, quien ha experimentado su amor. Los
apóstoles son testigos de la resurrección porque han visto a Jesús, el que
bien conocían, vivo entre ellos después de la resurrección. Vieron que no
estaba entre los muertos, sino vivo entre ellos, conversando con ellos,
comiendo con ellos. No anunciaron una idea de la resurrección, sino al mismo
Jesús resucitado, con una nueva vida, que no era retorno a la mortal, como
Lázaro, sino inmortal, la vida de Dios. Ha vencido a la muerte y ya no morirá
más. 8. Pedro, testigo de la resurrección, repite una y
otra vez: "que lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó
al tercer día y nos lo hizo ver a nosotros que hemos comido y bebido con él
después de la resurrección. Los que creen en él reciben el perdón de los
pecados" Hechos 10,34. En consecuencia: "Ya que habéis resucitado
con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, no los de la tierra"
Colosenses 3,1. 9 Si María Magdalena se hubiera cerrado en su
decaimiento, la resurrección habría sido inútil. María Magdalena hizo, como
Juan y Pedro, lo que debieron hacer: salir, abrirse, comunicar. Es el mejor
remedio para curar la depresión. San Ignacio aconseja "el intenso
moverse" contra la desolación (EE 319). De esta manera, la sabia colaboración
de todos, ha conseguido la manifestación de Cristo Resucitado. 10. Proclamemos que "este es el día grande en
que actuó el Señor: sea el día de nuestra alegría y de nuestro gozo"
Salmo 117. Exultemos de gozo con toda 11 Y así como Cristo ha resucitado, nos resucitará a
nosotros. Vivamos ya ahora como resucitados que mueren cada día al pecado. La
resurrección se va haciendo momento a momento. Es como el crecimiento de un
árbol, que no crece de golpe, sino imperceptiblemente. Tendremos tanta
resurrección cuanta muerte. Con el auxilio de la gracia siempre actuante en
nosotros. "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, Señor
Jesús". JESUS MARTI BALLESTER. |
JESUS MARTI BALLESTER |
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |