ADVIENTO LA
RECOMENDACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN EL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO «No queda defraudado quien en ti espera» (Sal 24,3). Caminando con Jesús |
1. ESTÉN PREVENIDOS Y OREN INCESANTEMENTE “Estén prevenidos y oren incesantemente,
para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer
seguros ante el Hijo del hombre”. (Lc 21,36). La recomendación que nos envió nuestro
Señor Jesucristo, con la cual nos ha introducido en el Tiempo de Adviento,
comienzo del nuevo Año Litúrgico de nuestra Iglesia, es decir, en el tiempo
de gracia en el que somos guiados para encontrar, conocer y reconocer al
Misterio. Recordemos, que prontamente, viene nuestra fiesta entrañable,
navidad, y en ella adoraremos al Niño
Jesús que estará en los brazos de una
joven judía, sencilla, humildes y dispuesta a servir al Señor, la
Bienaventurada y siempre Virgen María. Meditemos por qué nuestra Iglesia, al
comenzar un nuevo Año de gracia, nos hace escuchar esta página del Evangelio. Parece a buenas y primeras, que hay un
contrasentido, es tiempo de esperanza, no obstante la Palaba del Señor no
habla de señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, y
entonces los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la
violencia de las olas. Y luego, para mayor abundancia nos destaca que los
hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al
mundo, porque los astros se conmoverán.
En efecto, esta Palabra del Señor, a
primera vista, poco tienen que ver con la delicadeza y la armonía del
Misterio de la Navidad que tanto gozo nos trae. Son palabras que, si las
tomáramos en serio, tendrían que “aterrorizarnos”, puesto que aseguran el
final de las cosas de este mundo, a las que cada día dedicamos mucha
atención. Son palabras que nos hablan de que al final de los tiempos –sólo
Dios sabe cuándo y cómo será- un solo “hecho”, una sola evidencia, “de
improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los
hombres en toda la tierra” (Lc 21,35). 2. ¿DE QUÉ HECHO SE TRATA? “Entonces se verá al Hijo del hombre venir
sobre una nube, lleno de poder y de gloria (Lc 21,27). En aquel momento, todo lo que era apenas un
“reflejo”, se desvanecerá, para dejarle espacio a la Luz verdadera. La sombra
cederá el lugar al Día, el tiempo a la Eternidad, y nuestros corazones
permanecerán para siempre exactamente en la actitud que tenían un instante
antes de que todo esto suceda: si estaban dirigidos a la Luz, serán liberados
de todo afán, para pertenecer solamente a Cristo, en el abrazo eterno del
Paraíso; si, en cambio, estaban dirigidos al “reflejo”, en vez de a la Fuente
de la Luz, de la cual también provenía el reflejo, al despuntar el Día sin
atardecer, cuando sea la aparición del Hijo del hombre, se replegarán sobre
la propia sombra y no podrán acoger el abrazo misericordioso de Cristo. ¿Cómo deberemos prepararnos para este Día?
¿Y cómo vivir este tiempo de espera, sin angustias ni temores? Recordemos la segunda lectura, allí el
Apóstol Pablo nos da la receta, para vivir este tiempo en la sobreabundancia
de amor: “Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia
todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que Él
fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de
Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida del Señor Jesús con todos sus
santos”. Amén (1 Ts 3,12) 3. ¿CÓMO VIVIR TODO ESTO? Escuchemos una vez más las palabras de quien
es nuestro Salvador: “oren incesantemente, para quedar a salvo
de todo lo que ha de ocurrir” (Lc 21,36). Nuestro Señor Jesucristo nos indica el
modo: estar prevenido y orar Sobre todo, nos llama a estar prevenido, es
decir “vigilar” en todo momento, es decir, a permanecer “despiertos”. ¿En qué
sentido? Si bien en la Iglesia hay hombres y mujeres que “materialmente”
vigilan, es decir, que sacrifican horas de sueño para dedicarse a la oración
en el corazón de la noche y, de este modo, interceden por todos los hombres,
a modo de ejemplo monjes y monjas y,
con ellos, tantas vidas preciosas que en el sufrimiento ofrecen y rezan y que
son realmente “antorchas de fe” en la oscuridad- la “vigilia” a la que Cristo
nos llama es, antes que esto, mirar la realidad. En efecto, el que vigila no duerme. El que
vigila no vive recluido en sí mismo y separado de la realidad, sino que vive
“hasta el fondo”, sin “fugas”, recibiendo cuanto de “doloroso” o “indeseado”
pueda depararle la historia. 4. COMO ESTAR PREVENIDOS Y VIGILANTES Jesucristo nos indica, además, el modo en
el que debemos prevenirnos, vigilando y rezando, o sea, mirando el corazón de
la realidad, mirando al fundamento de todo, al Misterio del cual todo
proviene, nosotros incluidos, y hacia el cual todo tiende. Vigilamos,
rezando, mirando hasta el fondo la realidad y rogando que Él venga, que el
Misterio nos enseñe su rostro y nos tome de la mano. Ningún sueño artificial, ningún pálido
reflejo, ninguna falsa preocupación podrán de verdad calmar el íntimo deseo
de nuestro corazón. ¡Estemos prevenidos, vigilemos y recemos! 5. UNA GRAN ALEGRÍA, QUE SERÁ PARA TODO EL PUEBLO Y entonces nos contaremos entre aquellos
que escucharán las palabras del Ángel: “Les anuncio una gran alegría, que será
para todo el pueblo: hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que
es el Cristo, el Señor” (Lc 2,10-11). Y Entonces iremos con los pastores a la
gruta de Belén y allí podremos sumergir el corazón en la contemplación del
Misterio hecho Niño, crecer con Él, confiar en Él y no perderlo más de vista,
hasta el Día en que vendrá glorioso con sus Santos, a llevarnos con Él para
siempre. A la Santísima Virgen María, que antes y
más que todas las criaturas, vivió esta cotidiana y orante vigilia en la
presencia del Misterio, le pedimos la gracia de no distraernos con
disipaciones, embriagueces y preocupaciones de la vida (cf. Lc 21,34), sino
que nuestros corazones sean irreprensibles en santidad, delante de Dios
nuestro Padre, en el momento de la venida de nuestro Señor Jesucristo (cf. Ts
3,13). Amén. El
Señor nos Bendiga y nos guarde Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant ocds FUENTE DE INFORMACION: Mas sobre Adviento
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